Todo parece indicar que esta cofradía surge como un desgaje
de la de Arboleya, con quien mantiene algún litigio. Lo cierto es que tiene una
gran implantación en el ámbito extramunicipal, llegando a registrar en el
asiento de cofrades a un gran número de ellos procedentes de Piloña,
Villaviciosa, Colunga y Oviedo. De hecho, en el mismo año de 1766 se asientan
entre los 447 cofrades inscritos, “fray Juan Antonio de los Dolores, de la Orden de Nuestro Padre San Francisco de Villaviciosa”; el mismo cura párroco de Santolaya, D.
Bernardo Álvarez, varios presbíteros de la zona, e incluso D. Manuel Sánchez,
cirujano de la malatería de Vallobal (Piloña).
Esta cofradía mantiene en la actualidad todo su esplendor y
en el año de 2004 contaba con 509 cofrades.
Otras cofradías de ámbito municipal son las de San Francisco
de Paula, fundada en la parroquia de Santolaya, con un breve de indulgencias
del papa Clemente XIII, en marzo de 1768; y la de Nuestra Señora de la Asunción, en Fresnedo, que tal vez resulte de las más antiguas, al constar que sus
constituciones fueron otorgadas por el pontífice Paulo IV el último día de mayo
de 1611.
Por último, en Torazo también se encuentra una ermita bajo
la advocación de
Nuestra Señora de la Sienra, que en algún documento del siglo XVIII se menciona, de forma muy esporádica, como titular de una
cofradía, si bien el grueso de la documentación hace alusión a una capellanía
laical con mayordomo (A. M. V.).