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Erigido en la localidad de Arboleya, se constituye en la actualidad como uno de los grandes centros marianos de la comarca centro-oriental asturiana. Tiene su orígen en el siglo XVI, época en la que se levanta una pequeña ermita dedicada a la Virgen.
 

Erigido en la localidad de Arboleya, se constituye en la actualidad como uno de los grandes centros marianos de la comarca centro-oriental asturiana. Tiene su orígen en el siglo XVI, época en la que se levanta una pequeña ermita dedicada a la Virgen.

Los testimonios documentales del siglo XVIII aluden a la creación en la centuria anterior de una cofradía con el título del Carmen, que rige el gobierno de este centro mariano y, casualmente, estos textos de la época nos ponen de manifiesto que en esta capilla se rinde culto y tiene altar no sólo la Virgen del Carmen sino también la "Bisitazión". Ésta última debió ser el primitivo título bajo el que se erigió la capilla, si bien a comienzos del siglo XVIII el auge de la devoción a la Virgen del Carmen suplantó la vieja advocación, sin que cayera en el olvido absoluto, pues aún sigue conservando altar en el templo, tal como confirma el maestro dorador Lorenzo Sánchez, que el 10 de mayo de 1765 dice recibir de D. Tomás Bernardo de Escobeddo Valdés la cantidad de "477 reales y medio de vellón que me dió para oro y pintura y por mi trabajo de el retablo de Nuestra Señora del Carmen y Bisitazión, y de dos frontales para los altares del Carmen y Bisitazión para su capilla de Arboleya...y asimismo recibí... la comida y asistencia de un mes que fue lo que duró dicha obra".

Será, pues, a mediados del siglo XVIII, siendo cura párroco D. Tomás Bernardo de Escobedo Valdés, cuando este lugar de culto se convierta en el gran santuario del Carmen y en importante centro de peregrinación, para el que se construye en sus inmediaciones la Casa de las Novenas. En efecto, en el año 1755 la vieja cofradía del Carmen se revitaliza con un nuevo acto de fundación a partir del cual se incrementa el número de cofrades, consolidándose como cofradía interparroquial, y se administra su extenso patrimonio con una gestión más eficaz y rentable.

Al modo de lo que fueron las grandes cofradías asturianas, la del Carmen dispone de un gran patrimonio rústico y pecuario para el que adopta mecanismos de explotación clásicos en nuestra región. De hecho, el ganado -bueyes, vacas, novillas- se tiene en régimen de comuña, modalidad típica de aparcería pecuaria; y los bienes rústicos se explotan bajo las fórmulas de arriendos y foros.

 La disponibilidad económica de la época pronto incidirá en la remodelación y ampliación de la primitiva ermita de Arboleya. En el año 1765 se le agrega el pórtico en una obra que incluye "el tejado del cabildo del santuario de Nuestra Señora del Carmen" y "la echura de las columnas del pórtico". Se gastan, además, "cien reales, importe de pinturas y del travajo de pintar las columnas del pórtico del Carmen, andas de Nuestra Señora, gradas de dicha capilla y de unos ramos que pinté en la pared della y, asimismo, reciví de dicho cura la asistenzia de comida y cama por espacio de seis dias en que me ocupé en pintar lo sobredicho que fue al óleo".

 Un año más tarde se funde la campana de la capilla,con un importe de 87 reales y se hace la obra "de la sacristía y camarín de dicho santuario".

Es el momento también de prestar atención a la antigua imagen titular, tradicionalmente atribuida a Luis Fernández de la Vega, sometiéndola en el año 1758 a un proceso de"encarnazión de cara y manos". Por otro lado, las gracias espirituales se ven refrendadas con el privilegio concedido en el año 1762 por el papa Clemente XIII a través del cual se autoriza a celebrar misa de difuntos en los altares del santuario; y en el año 1768 se consiguen "breves y reescriptos apostólicos de jubileo para los cofrades de Nuestra Señora del Carmen de Arboleia".

 

La afluencia de peregrinos al lugar debió de ser intensa en esta época y, fundamentalmente, coincidiendo con el día de la festividad en el que la cofradía debía hacerse cargo de los gastos ocasionados para dar de comer a cuantos allí se congregaban. "Manteca, arbeyos, azeyte, vino, sidra, pollos, chocolate, garbanzos, arroz, pan y queso..." figuran en las cuentas de la hermandad como descargo, además del pago a una cocinera y a "un mozo que acopia leña para lumbre", gaiteros, sacerdotes, etc.,etc. Y todo ello a pesar de que una nueva cofradía del Carmen se había fundado recientemente en Torazu, parroquia con cuyo cura será necesario litigar dado que él mismo, en el año 1769 ,"movió pleito sobre la preferencia de hazerlas fiestas de Nuestra Señora".

La inestabilidad socio-política del siglo XIX no logra poner fin a este histórico santuario, si bien se verá afectado por algunos de los sucesos de la centuria como el desembolso de "122 reales que a la fuerza llebó para las tropas francesas D. Ramón González González, juez entonces del concejo". El 23 de septiembre de 1936, la antigua imagen titular fue quemada, y en el año 1979 se entroniza una nueva imagen de talla policromada, que actualmente sigue siendo objeto de devoción de numerosos peregrinos que acuden a este gran santuario asturiano (A. M. V.).