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Rodríguez Naredo, Juan

 
Nace el 24 de junio de 1896, en Torazo, del matrimonio formado por Alberto y María. Según el expediente masónico de los servicios policiales, Juan Rodríguez es un empleado del Banco de Gijón, con domicilio en esta ciudad, concretamente en la avenida de los Hermanos Felgueroso. Con relación al domicilio de los masones asturianos, hay que decir que es sintomático que casi todos los masones que residen en Gijón habiten en las cercanías de la sede de la logia, dándose muy pocos casos de masones que tengan su domicilio en el extrarradio.
Juan Rodríguez Naredo había tenido contactos con la masonería allende los mares, aunque dichos contactos no debieron pasar de la asistencia a “tenidas blancas”. Se da una curiosa anécdota entre él y Cesáreo Lavandero, reflejada en las actas de retractación: ambos se acusan mutuamente de haber llevado uno al otro a las tenidas masónicas. Esto declaraba Cesáreo Lavandero: “En Cuba fue Juan Rodríguez Naredo quien me llevó a algunas tenidas blancas”, y Juan declaraba, a su vez, “que ha sido Cesáreo quien me ha llevado a las tenidas”.
Fuera como fuere, Juan Rodríguez Naredo se inicia en la logia Jovellanos 1 el 25 en marzo de 1925, adoptando el nombre simbólico del pueblo de sus padres, “Torazo”. El 11 de agosto del mismo año se le “aumenta el salario al grado de Compañero (2º), para ser exaltado más tarde a Maestro (3º), concretamente el 2 de abril de 1926, ejerciendo ese año el cargo de Experto en el seno de la logia Jovellanos 1.
Algunas documentaciones relacionan a este miembro de la Orden con el único taller que se levanta en Oviedo, la logia Argüelles nº 3, que fundaran el odontólogo Jaime Benjamín Viliesid y el comerciante Crisanto Alonso Pérez, y en cuyos cuadros lógicos figuraban Juan Pablo García y el también odontólogo Teodoro López Cuesta, ambos miembros del Partido Socialista. Este taller estaba también bajo los auspicios de la Gran Logia Regional del Noroeste, pero no se ha podido constatar que hubiera habido alguna reafiliación de Juan R. de Naredo a dicho logia. La explicación ante tal asignación quizá se deba a que el nombre de Juan R. Naredo habría estado ligado a alguna ceremonia o acto en dicha logia ovetense, que a buen seguro hubo de haberla al ostentar cargos dentro de la Gran Logia Regional del Noroeste. De hecho, Naredo desempeñó el cargo de Gran Consejero en 1930, y los servicios policiales probablemente le hubieran atribuido esa nueva pertenencia. En ese mismo año se le otorga el grado de Maestro Perfecto (5º).
 
En su acta de retractación minimiza su participación en la masonería ante la presión de los tribunales franquistas y da como fecha de ingreso la del año 1927. Junto a dicha acta aparecen también diversos papeles que nos cuentan su periplo: durante el Frente Popular es detenido por haber pertenecido al Partido Liberal Demócrata, e ingresa en un Batallón de Trabajadores, del cual es puesto en libertad por las gestiones que desarrolla su mujer. Con la llegada del nuevo régimen es nuevamente detenido, siendo recluido en la cárcel gijonesa del Coto, donde intenta suicidarse, dándose un corte en la parte anterior del cuello, y otro en la región mamilar izquierda y produciéndose ciertas contusiones en la cabeza. Ante tal situación, interviene una vez más su mujer, buscando entre directivos y personas influyentes del Banco de Gijón, entre los que se encontraba José María Rodríguez, a la sazón consejero también del Banco Herrero y antiguo diputado Reformista. Con éste y otros avales más que Rodríguez reunió, consigue poner a Juan R. Naredo en libertad el 16 de febrero de 1938.
Aun así, no se libra del procesamiento, y se le termina procesando en la Causa General nº 155 de 1937, de Asturias y Galicia, puesto que no puede negar que su participación en la masonería era larga y destacada, ya que su nombre no sólo figuraba en lo cuadros lógicos incautados por los servicios de información, sino que también se le encontró como socio de la Escuela Neutra, proyecto que auspiciaba la logia Jovellanos, en colaboración con algunos ricos masones, como Marcelino González García, que invertían influencias y dinero en el proyecto educacional.
En su defensa, y como atenuante para minimizar su condena, Naredo aduce que “dentro del Banco de Gijón se dedicó, durante la dominación roja, a sabotear la situación, sobre todo en lo que respectaba al Impuesto de Guerra “.
Como una buena parte de sus convecinos de taller, Juan Rodríguez Naredo perteneció primero al Partido Reformista, y luego siguió a su jefe, Melquíades Álvarez, hasta las filas del Partido Republicano Liberal Demócrata, en cuya militancia persisten algunos significados masones, hasta que se produce la descalificación por parte de la Orden de dichos militantes, a los cuales, de persistir en dicha militancia, se les dará de baja como miembros de la masonería (V. G.).
 
 

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