Figura 2. Afloramientos de pizarras carboníferas en el talud de la carretera AS-255 a la altura de Viñón. La foto de la zquierda (p.k. 6) muestra un carbonero.
La cuenca carbonífera de Viñón presenta una disposición alargada en sentido NE-SO -con algunos estrechamientos en su ámbito aflorante por la superposición de materiales más modernos-, adentrándose su extremo septentrional en el municipio de Villaviciosa (Fig. 3). Los estratos se encuentran plegados y fallados (asimismo con orientación NE-SO y buzamientos bastante verticales), y sobre ellos se dispone discordantemente la sucesión pérmica con disposición más tendida (Fig. 4).
Figura 4. Cortes geológicos de Viñón (arriba de Patac, 1920; abajo de Hernández Sampelayo, 1948)
Figura 5. Fósiles descritos en Viñón (Hernández Sampelayo, 1948). Izquierda: 1) Aulacopteris vulgaris Grand'Eury;Cordaites palmaeformis Goeppert; Linopteris cf. subrongniarti Grand'Eury; 2) Lepidodendron sternbergii Brong; 3) Fenestella retiformis Mich.; 4) Chonetes mesolubus Girty; 5) Martinia minima sp.; 6) Martinia sp. Derecha: 1)Productus corrugatus M'Coy; 2) Productus (dictyclostus) hermosanus Girty; 3) Productus cora D'Orb.; 4) Productus semireticulatus Mart; 5) Productus gruenewaldti Krotov; 6) Cardinia subovalis Mall.; 7) Naiadites carinata Sow.; 8) Edmondia nebrescensis Geitz
La Sociedad Duro-Felguera ha llegado a explotar hasta nueve capas de carbón en la zona de Vegapallía, donde aún se conservan vestigios de la actividad minera, con un castillete (Fig. 6) y restos de escombreras; las galerías subterráneas presentaban un rumbo NE-SO, clausurándose el laboreo en 1964. También Hunosa posee concesiones en todo este entorno (denominadas Los Pandos). Igualmente han existido minados en la franja meridional de Torazo (vid. Fig. 1).
La cubicación del potencial carbonífero del área Viñón-Libardón (IGME, 1984) queda reflejada en la Fig. 7, con un tonelaje teórico nada desestimable de 15.974.980 t y un total explotable de 9.152.584 t.
Figura 7. Mapa y cortes geológicos de los alrededores de Viñón (González Prado, 1972)
El trabajo más reciente realizado sobre la estratigrafía de este grupo de materiales se debe a Suárez Rodríguez (óp. cit.) quien define -ampliando lo definido por el autor precedente- ocho unidades litoestratigráficas (Tabla I). La mayoría de las denominaciones asignadas corresponden a topónimos municipales (Viacaba, Arboleya, Torazo, Valbuena, Niao).
Comienza la columna estratigráfica pérmica (Capas de Viñón) con un conglomerado calcáreo basal de tonalidad grisácea (Fig. 9) que alcanza al norte del concejo la máxima potencia (unos 30 m en Peña Cabrera), pero presenta un trazado intermitente. Continúa con una monótona serie detrítica, incluyendo la unidad de Torazo e inferiores, constituida por conglomerados, areniscas y lutitas, entre la que se intercalan frecuentes rocas volcánicas -coladas basálticas y fragmentos piroclásticos- (Fig. 10). La incidencia de la actividad volcánica disminuye hacia las unidades
superiores (Arboleya y Viacaba).
Figura 9. Materiales volcánicos en los taludes de la carretera AS-255. De izquierda a derecha y de arriba abajo: A) Unidad de Valbuena (p.k. 7,0); B) Unidad de Torazo (p.k. 8,0 La Casa'l Ríu); C) Unidad de Torazo (p.k. 8,0 La Casa'l Ríu); D) Unidad de Torazo (p.k. 8,2 La Llana); E) Unidad Torazo (p.k. 8,6 desviación a Arriondu); F) Unidad de Valbuena (p.k. 10,0 al norte de La Cruciada)
La parte más moderna de la serie (unidades de Lugás y Fuentes) se caracteriza asimismo por la dominancia de materiales lutíticos y detríticos rojos; sobresale el denominado "Conglomerado de la Riera" de naturaleza carbonatada y con gran interés metalogenético al hallarse en zonas próximas (Siero y Caravia) importantes yacimientos de espato flúor relacionados con él. Los materiales más modernos (unidad Fuentes) se componen de lutitas arenoso-limosas y limolitas arcillosas, con un característico color rojizo y más escasamente verdoso, con nódulos de carbonatos y yeso, mineral que se benefició en los alrededores de Gijón (Gutiérrez Claverol et al., 2002).
Se trata de una potente sucesión (puede sobrepasar los 1.500 m), aunque muy variable en sentido lateral, ya que se observan cambios destacables de unos lugares a otros, tanto litológicos como del espesor de la serie (Fig. 11).
Figura 10. Columnas estratigráficas representativas del Permotrías (Suárez Rodríguez, 1988). Se observa cómo los mayores espesores de materiales se encuentran en el sector occidental (la columna de la izquierda corresponde a
Cabranes)
La edad de estas unidades estratigráficas está comprendida entre el Pérmico y el Triásico. Parece demostrado por las dataciones paleontológicas que la parte baja pertenece al Pérmico Inferior (Autuniense), puesto que se han descrito fósiles de ese sistema; así Forster (1974) menciona la presencia de diversos tipos de Fusulinas y flora de Odontopteris en parajes contiguos, mientras que Wagner y Martínez-García (1982) hallan flora dentro de las Capas de Villaviciosa, también de edad autuniense (Fig. 12), en la inmediata población de Cueli (Villaviciosa). Por su parte, Manjón et al. (1992) relatan la existencia de Annularia stellata en materiales similares de la cuenca.
Figura 11. Flora fósil pérmica descrita por Wagner y Martínez García (1982). Izquierda: a) Callipteris conferta (Sternberg) Brongniart; b) Taeniopteris cf. fallax Goeppert; c) Taeniopteris cf. fallax Goeppert; d, e y f) Lebachia parvifolia Florin. Derecha: a, b y c) Taeniopteris cf. fallax Goeppert; d) Lebachia parvifolia Florin
Lo mismo ocurre con los estratos más altos de la serie, ya que Martínez-García et al. (1998) obtienen fósiles del Triásico Superior (Retiense), confirmándose su cronología mediante asociaciones palinológicas.
El Cretácico
Los sedimentos de este sistema comenzaron su depósito inmediatamente después del Jurásico e inician con un conglomerado de cantos silíceos redondeados y matriz limo-arenosa -bien visible al norte de Camás-, con intercalaciones de niveles de arcilla y arenisca fina muy poco cementada. Sigue un tramo arenoso constituido por areniscas de grano mayoritariamente fino, blancoamarillentas a grises, con intercalaciones de arcillitas plásticas; también se observan finos horizontes con lignitos, nódulos de pirita y costras ferruginosas; en las cercanías de Camás se han intentado beneficiar delgados horizontes de un lignito evolucionado a azabache. Corona la serie en esta zona un paquete de calizas fosilíferas pardo-amarillentas que dibujan un afloramiento alargado.
El Cenozoico
Constituye un pequeño manchón en el borde meridional del concejo. Se trata de depósitos de origen continental depositados hace unos 35 millones de años y constituidos por arcillas, areniscas, margas y conglomerados calcáreos ("Pudinga de Posada"). Esta pudinga se ubica inmediatamente al sur de un accidente tectónico regional (Falla de Llanera) y se forma a partir de la erosión de rocas carbonatadas cretácicas situadas en el bloque levantado de la falla. Su naturaleza caliza le confiere resistencia a la erosión proporcionando relieves destacables como es el caso del pico Incós (vid. Fig. 1), la mayor elevación de Cabranes; muchas veces, el conglomerado se encuentra karstificado originando cuevas tan importantes como la adyacente del Sidrón (Vallobal, Piloña) que ha aportado importante material fósil del Hombre del Neandertal.
Los productos volcánicos
Una de las características inherentes a los terrenos de este ámbito es la abundante presencia de rocas indicativas de una intensa actividad volcánica en el pasado.
Ya en 1934 el alemán Heriberto Karrenberg se refiere a esta petrografía señalando su presencia en el concejo. Relata que se observan tobas en la carretera al sur de Santa Eulalia de Cabranes y "ofitas" en una cantera al norte de esa localidad.
Los vestigios de vulcanismo corresponden a lavas basálticas -fracción sólida del magma en forma de roca fundida que expulsa el volcán- y a depósitos piroclásticos (tobas, aglomerados y cineritas) -partículas de cualquier tamaño arrojadas al aire procedentes de la fragmentación de la lava en una erupción volcánica-; se encuentran interestratificados con los niveles detríticos de origen sedimentario correspondientes a las Capas de Viñón. Ocasionalmente los niveles de cenizas muestran coloraciones llamativas producidas por diversos grados de oxidación.
La presencia de coladas con superficies escoriáceas (lavas fragmentadas) en algunos afloramientos indican que las erupciones fueron subaéreas, aunque no son descartables casos de erupciones subacuáticas (se han mencionado indicios de lavas almohadilladas).
En el cruce de la carretera AS-255 con la CB-1 que va a Santa Eulalia existe una antigua explotación (cantera de Lluéngara) de rocas volcánicas, intercaladas en la unidad de Niao (vid. tabla I), que se intentó poner en explotación para obtener áridos, sin éxito, en épocas recientes. El material es de color oscuro gris verdoso (Figs. 13 y 14), de gran dureza, muy diaclasado, con fractura concoidea y aristas cortantes. Igualmente, se encuentran afloramientos de naturaleza basáltica al norte de La Puerte y en el entorno de Gramedo o Graméu y Giranes o Xiranes.
Estas rocas efusivas fueron estudiadas por González Prado (óp. cit.) quien las define como "basaltos porfídicos plagioclásicos, con olivino y augita"; se encuentran afectadas por una intensa alteración -asociada a fallas tectónicas- que dificultan reconocer alguno de sus minerales constituyentes, ya que muestran frecuentes fenómenos de reemplazamiento. Los silicatos olivino o peridoto [(Mg, Fe)2 SiO4] y augita [(Ca, Na)(Mg, Fe, Al)(Si, Al)2O6] son constituyentes habituales de los basaltos, junto con feldespatos y cuarzo.
Debido a la intensa alteración hidrotermal que afecta a este tipo de materiales no resulta fácil identificar al microscopio los fenocristales constituyentes, por lo que en estos casos los protocolos recomiendan utilizar un diagrama donde se coloca en ordenadas el total de álcalis (Na2O + K2O obtenidos en los análisis químicos) versus contenido en SiO2, en abscisas. En la Fig. 15 se puede observar que una gran mayoría de las muestras analizadas (corresponden a las mismas de las tablas II y III) se encuentran en el campo de las traquiandesitas.
Figura 14. Clasificación química de las rocas volcánicas del entorno de Cabranes basada en el total de álcalis vs. SiO2 (Valverde-Vaquero, 1992)
Por su parte, Suárez (1995) refiere que "las rocas volcánicas de la zona de Viñón, con contenidos en óxido de silicio que varían entre el 53 y el 61%, se clasifican como traquiandesitas basálticas y basaltos, siendo keratófidos las más alteradas" (Fig. 16).
Las traquiandesitas constituyen un grupo petrográfico compuesto por fenocristales de ortoclasa (feldespato potásico) y de andesina (plagioclasa con calcio y sodio); el prefijo traqui- procede del gr. trachýs, con el significado de áspero al tacto. Los basaltos son de carácter calcoalcalino rico en potasio o shoshonítico (éste aún con más K) y los keratófidos (tipo de roca traquítica con feldespato sódico) son el resultado de la alteración de las rocas anteriores. Esta actividad ígnea de Cabranes representa el equivalente volcánico de un conjunto plutónico que se encuentra en Piloña.
Se ha realizado un estudio geoquímico sobre estos productos volcánicos (Valverde-Vaquero, 1992) con los resultados que se indican en las tablas II y III.
Asimismo, utilizando el método radiométrico uranio-plomo se han datado las rocas
correspondientes a traquiandesitas y basaltos intercalados en la unidad de Niao, resultando una edad cercana a 303 +7/-6 millones de años (Valverde-Vaquero et ál., 1999), que sitúa el vulcanismo en el Pérmico cerca del límite con el Carbonífero.
Las fallas presentan dos orientaciones principales: NE-SO, en relación con removilizaciones de las estructuras variscas, y NO-SE, característica dirección alpina.
El contexto estructural de la franja meridional es más complicado al estar implicada una importante zona de accidentes tectónicos, relacionada en buena parte con la denominada Falla de Llanera, estructura de génesis compleja que recorre de O a E un amplio territorio entre Llanera y Onís. De manera concreta, al sur de Fresnedo este accidente presenta un carácter de falla inversa o incluso cabalgante, superponiéndose materiales del Carbonífero a otros del Cretácico Inferior (vid. Fig. 1). Además es normal observar -como ya se percató Karrenberg en 1934- al conglomerado cenozoico ("Pudinga de Posada") cobijado por calizas del Cretácico Superior.
Fluorita
En las inmediaciones de Torazo se descubrieron pequeñas concentraciones irregulares de fluorita (CaF2) -entre otros, en el caserío de Piedravieya-. Están emplazadas en materiales pérmicos, representados por un pequeño afloramiento de brecha calcárea y niveles con participación volcánica, afectados por fracturas (Gutiérrez Claverol et al., 2009).
En este paraje se ha investigado (en la concesión Torazo) un filón de 1 a 1,5 m de potencia reconocido por una galería y algunas calicatas. La mena está formada por fluorita y barita y aparecen trazas de minerales de Cu. Las leyes son del orden del 20-25% CaF2» (IGME, 1982). Tan sólo se llegaron a obtener algo más de 40 toneladas que eran transportadas al lavadero de Torre (Ribadesella), propiedad de la empresa Minersa, para su tratamiento.
Barita
En la unidad de Niao (vid. Tabla I), caracterizada por horizontes con coladas volcánicas básicas alternando con sedimentos lutíticos y areniscosos, los materiales muestran evidencias de procesos hidrotermales que dieron lugar a pequeños filones de barita (BaSO4), de hasta 6 cm de potencia. También aparecen filoncillos del sulfato en los niveles carbonatados ("Caliza de Bayones") de la unidad de Arboleya, así como en la de Lugás.
Áridos detríticos
Las gravas y arenas constituyen el grupo de áridos detríticos naturales de creciente importancia industrial, imprescindibles, entre otros usos, para la obtención de morteros para la construcción. Los materiales del Cretácico -especialmente los conglomerados silíceos- que se disponen por el sur del concejo (vid. Fig. 1) presentan buenas características para su aprovechamiento. La pudinga silícea cretácica es objeto de beneficio actual en varias explotaciones de Siero y Nava.
Recursos radiactivos
Las campañas de prospección llevadas a cabo por la Junta de Energía Nuclear y la Universidad de Oviedo en los años 60 y otras posteriores que realizaron las empresas Explosios Río Tinto y Hunosa sobre la cobertera permotriásica asturiana pusieron de manifiesto anomalías radiométricas en uranio, con pequeñas concentraciones de uraninita (UO2).
Análisis de elementos traza de las coladas volcánicas del ámbito de Cabranes detectaron la presencia de uranio y torio (Fig. 20), elementos que tienen isótopos radiactivos naturales. Las estaciones donde se determinan los mayores contenidos (>6 ppm de U y >20 ppm de Th) se localizan en el concejo de Villaviciosa en zonas próximas a Cabranes (Cermuño, La Madrera y Buslad).
Geoquímica de los elementos traza U y Th contenidos en las rocas volcánicas de la órbita de Cabranes
Figura 19. Geoquímica de los elementos traza U y Th contenidos en las rocas volcánicas de la órbita de Cabranes (datos de Valverde-Vaquero, 1992). La denominación de las estaciones se corresponde con la de las Tablas II y III
Sin embargo, las anomalías más aparentes -detectadas con un escintilómetro- se concentran sobre los depósitos piroclásticos tan abundantes por el concejo cabranés. De manera especial - en relación con tobas ácidas lítico-cristalinas de la vecindad de Torazo, y en proximidad a zonas de falla (Gutiérrez Claverol y Luque Cabal, 1992). (M. G. C.)